jueves, 18 de abril de 2013

EL HORROR DE LO INMEDIATO


Inmediato o no, el ser humano vive desesperado. 

El espíritu indomable del ser humano no tiene comparación. Las adversidades que ha enfrentado a través de los siglos, desde su aparición en la tierra y su continúa evolución, han puesto a prueba su capacidades como ser viviente o debería decir, sobreviviente. Algunas veces, la casualidad salva su pellejo, otras, su inteligencia hizo gala del desbordante talento que lo domina.



Cualquier ciencia, arte o disciplina que sea objeto de estudio, es por si misma, el sello distintivo de su inconmensurable   genio.
 Desde el descubrimento  del fuego, la invención de la rueda, pasando por la maquina de vapor, su destreza belica, científica, literaria, hasta llegar a la televisión y la computadora, podríamos decir que las cosas le han resultado de maravilla en ámbitos progresistas y tecnológicos. Las pretensiones  espaciales parecen cercanas hoy en día, colonizar el espacio es una cuestión de tiempo.
La historia, siempre cruda e implacable,  nos demuestra que dentro del genio humano y sus innumerables aportaciones, se esconden sus peores demonios, ¿aprendemos o no? ¿nos enseña  la historia?



Carl Marx palidecería frente a las interpretaciones rusas y  de los países socialistas influidos por su obra. Einstein, 'padre' de la bomba atómica.


Como sí se tratara de un dogma matemático, las cosas sufren una deformación, una torcedura para el beneficio de  pocos contra una mayoría generalmente indefensa.
La globalización es fenómeno fuera de toda estadística, pronóstico. Cualquier intento por  encasillarlo en una teoría de probabilidades, muere con cada esfuerzo.
El ejemplo más claro del  aniquilamiento del espíritu humano es la adopción de las redes sociales.  Las formas de expresión más puras del ser humano son vulgarizadas, comercializadas, intervenidas. El arte se vende. La literatura se resume.
Aquellos destellos de rebelión y genio son encarcelados en museos, en colecciones privadas, comisiones gubernamentales o peor aún, restauraciones.  Son valuadas  para despojar su significado artístico, tazar un valor, ahora son un bien, una propiedad intercambiable que dependerá de la necesidad inmediata.



El éxito de internet reside en la inmediatez de la información y la 'interactividad'. La paciencia es sólo frustración controlada, regulada par el ser humano contemporáneo. Sus mayores conflictos se relacionan con la espera en esta era eléctrica.


El santo patrón 

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